Trastornos de la conducta alimentaria ( TCA) y abandono de la terapia
Algo que siempre me ha llamado la atención y que en mis inicios profesionales, incluso me asustaba de los pacientes con TCA es la dificultad que en ocasiones muestran para asumir el tratamiento, integrarlo y permitir que sea efectivo. Se trata de una postura ciertamente ambivalente, más clara y nítida en pacientes con anorexia nerviosa, que dificulta enormemente la resolución del problema. Sería algo así como venir a tratar algo que en el fondo, no se quiere tratar. Quizás pueda quedar más claro con el siguiente ejemplo: Un paciente con una fractura de tobillo acudirá casi de forma inequívoca al traumatólogo con la firme intención de que le solucione su problema, es decir su fractura. Con toda probabilidad, colaborará firmemente en ello. Sin embargo una paciente que acude a su psiquiatra o a su psicóloga, por una bulimia o una anorexia nerviosa, no siempre mostrará una postura tan firme y convencida a la hora de resolver su problema alimentario. Si aceptamos esta ambivalencia, podríamos pensar también que los pacientes con TCA abandonan el tratamiento con mayor frecuencia que otros pacientes médicos o psiquiátricos. Y..¿realmente es así?. Vamos por partes. Primero definamos el término “abandono”. No es fácil, por su heterogeneidad y diversidad de interpretaciones .En general y simplificando mucho, por abandono terapéutico ( dropout en inglés) entendemos la interrupción unilateral del tratamiento por parte del paciente o del equipo terapéutico si no se cumplen objetivos básicos establecidos al inicio. Aplicando esta definición, entre el 20 y el 51% de los pacientes con TCA ingresados y entre el 29 y 73% de los ambulatorios, abandonan el tratamiento. Nos pueden parecer cifras muy altas, pero si revisamos otras patologías médicas como el asma, diabetes e hipertensión o la propia esquizofrenia, quizás no nos lo parezcan tanto. El 50% de pacientes hipertensos o diabéticos no tienen una adherencia terapéutica correcta y el 70% de los pacientes esquizofrénicos tampoco. No obstante, adherencia y abandono no son términos equiparables. Adherencia terapéutica es un concepto más focalizado en el cumplimiento farmacológico. En general se asume que cifras altas de abandono generan varias consecuencias negativas. En primer lugar, suponen una pérdida importante de dinero y recursos. Además cuestionan la fiabilidad de muchos estudios sobre tratamiento y pronóstico de los TCA, puesto que se realizan con muestras de pacientes que permanecen en consulta, pero no con los que no permanecen. Por último, y esto es una opinión personal, cifras tan altas de dropout afectan a la confianza en sí mismo del profesional y en su capacidad para establecer alianzas terapéuticas sólidas con el paciente. Claro, si queremos establecer un proceso relacional durante la terapia, en la que el paciente confíe en sí mismo y a través de ello se permita abandonar sus alteraciones alimentarias, lógicamente, esa confianza deberá empezar por nosotros mismos. La cuestión se puede complicar un poco más. Según algunos estudios, no siempre el abandono se asocia a mal pronóstico. Las conclusiones de esos trabajos, nos dicen que algunos pacientes abandonan el tratamiento porque se sienten mejor. Sí, porque mejoran¡¡, ¿increíble? . Es más, apuntan a que la causa principal de dropout suele ser esa, la mejoría clínica ( Vellisca M. et al, 2016). Un estudio publicado en 2001 llega a la convicción de que de los pacientes que abandonan, el porcentaje que ha mejorado clínicamente es sensiblemente superior a los que han empeorado ( Dipietro G. et al , 2001). Curiosas y paradójicas reflexiones que nos hacen pensar sobre el significado real del abandono terapéutico. Los factores relacionados con el abandono terapéutico son múltiples, y la lista de estudios sobre dichos factores casi interminable. En ocasiones las conclusiones finales son contradictorias y la evidencia científica muy baja. No obstante y desde mi experiencia, la ausencia de purgas ( vómitos o laxantes ) y el cambio temprano y positivo de la psicopatología y de la clínica , suelen predecir una tasa de abandonos sensiblemente inferior. Se han propuesto estrategias para tratar de reducirlo o minimizarlo ( más allá del conocimiento y control de los factores de riesgo, obviamente). Pero los resultados no han sido demasiado buenos. Sobre todo se han probado terapias on line que complementan a la terapia presencial o fundamental. Pero como decía, tras revisar algunos de esos estudios, los hallazgos no son muy estimulantes, la verdad. Seguiremos dándole vueltas a esta cuestión, al abandono terapéutico de los pacientes con TCA, tan importante como inquietante. En el peor de los casos, siempre podemos pensarlo o explicarlo. Por ejemplo, podemos reflexionar sobre aquello que puede determinar a una persona a abandonar algo que a priori no debería abandonar. Hay corrientes psicológicas, como la teoría de la autodeterminación, que se han ocupado de ello y que exponen un modelo explicativo. Pero esto ya es una cuestión que merece un espacio propio y que dejaremos para la siguiente ocasión, prometido¡¡.