Hambre y apetito

Hambre y apetito

 

Hambre y apetito son términos habitualmente utilizados en nuestras conversaciones cotidianas. Sin embargo, no siempre resulta sencillo diferenciarlos , incluso en ocasiones, podemos confundirlos. El hambre responde a una necesidad básica e inaplazable de nutrición. Tenemos hambre cuando necesitamos ingerir energía a través del alimento y saciedad cuando ya tenemos suficiente. Un área muy pequeña , de unos cuatro centímetros cúbicos en la base del cerebro, llamada hipotálamo, regula esta función.
El apetito responde a un concepto más específico y discriminatorio. A través del apetito buscamos un alimento concreto que de alguna forma , nos proporcione placer .No cubre una necesidad alimenticia, eso lo haríamos a través del hambre. Apetito lo vincularíamos a lo hedónico y el hambre a lo físico o a la necesidad homeostática. En el concepto apetito cabe comer por placer. Hemos comido suficiente, estamos cubiertos nutricionalmente hablando , pero nos apetece esto o aquello..algo de chocolate, unos snack..eso es apetito , no hambre.
Apetito podría equipararse al término hambre emocional. A través del hambre emocional, no física, buscamos placer y gratificación .En ocasiones podemos buscar aplacar una sensación negativa de ansiedad, estrés o tristeza, o no tan negativa, de euforia o celebración.
Algunos autores distinguen un tercer tipo de hambre , que no es ni física ni emocional, le llaman hambre psíquica. Es aquella que nos permite hacer hueco a determinados alimentos cuando resulta imposible hacérselo a otros. Lo entenderemos mejor con un ejemplo. Nos encontramos en una gran celebración familiar. Hemos comido de todo y mucho. Entrantes, canapés, bebida, pescado y carne..ya no podemos más, “dejo parte del último plato que estaba riquísimo”.., pero….”queda el postre, tarta de chocolate y frambuesas”…. Para la tarta mi cerebro me dice que sí , que hay hueco..eso es el hambre psíquica.
El apetito y las hambres, la comida y las emociones, hambre emocional , términos curiosos y frecuentes que nos permiten entender mejor donde y cuando pudo situarse el inicio de un trastorno de la conducta alimentaria.

 

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.